viernes, 12 de octubre de 2018

Dios ve lo que esta en mi corazón





He logrado comprender la importancia y relevancia que debó darle a lo que Dios piensa de mi.

Escuche una predicación en donde Dios hablaba directamente a mi corazón y comprendí lo equivocada que estaba, llegue a la conclusión que sin querer la opinión de los demás cambio el rumbo de mis decisiones y no le di importancia a lo que a Dios me ha prometido.

Les Quiero recordar la historia de David, un joven que para todos era débil y un simple Pastor de Ovejas y para sus hermanos un mentiroso y un malvado. Él fue juzgado por su apariencia y sus hermanos juzgaban su actuar.
La intención de David cuando fue al campamento del ejercito de los Israelitas, siempre fue la correcta, preocupado de su pueblo y sus hermanos, pero ellos no vieron eso y lo menospreciaron.
Pero Dios veía a un guerrero fiel y obediente, Dios veía a el joven que derrotaría a Goliat.

Ahora meditemos, ¿Cuantos de nosotros le hemos tomado más importancia a los malos comentarios, aún cuando Dios dice ha dicho todo lo contrario.?

Si David hubiera tomado importancia a lo que decían de él, quizás la historia no hubiera terminado derrotando a goliat, quizás se hubiese quedado siendo espectador de como su pueblo era derrotado por este gigante. Pero David se enfocó en lo que Dios podía hacer con él.

A veces, nosotros mismos terminamos siendo espectadores, porque no nos enfocamos en las promesas de Dios, y en lo que Dios te ha dicho que llegaras hacer por El.

Te desafío a que de desde ahora en adelante no dejes que el rumbo de tu vida sea afectado por malos comentarios, enfocate en Dios, si haces lo que Dios te dice, estarás haciendo las cosas bien, aunque el mundo diga lo contrario y llegará el día en que seras enaltecido por Dios y el nombre de Dios será exaltado por tu obediencia.



“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7).