En ocasiones descuidamos tanto nuestra relación con Dios que sin darnos cuenta nuestro corazón ya no esta con él y hemos dejado de guardar nuestro corazón en la presencia de Dios, su palabra nos dice "sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida". Pero hemos dejado que nuestro corazón sea herido, dañado y dejamos que ese corazón de Carne se transforme en un corazón de piedra, un corazón que deja de sentir la presencia de Dios, un corazón que se aleja de la mano de su creador, un corazón que deja de ver la gloria de Dios manifestándose. Y nos apartamos tanto de su presencia que luego vemos todo mas difícil y el diablo aprovecha de esos momentos para susurrarnos al oído lo imperfecto que somos, lo indigno que somos para acercarnos nuevamente a Dios y trae a nuestra memoria las veces que fallamos a Dios, solo con la intención de apartarnos más de Dios, y para que esos gigantes empiecen aparecer y que de esa manera comencemos a ver a un abismo entre Dios y nosotros.
Mi corazón estaba duro como una piedra, solo veía lo difícil que era ser agradable ante los ojos de Dios, y comenzó a aparecer ese abismo que me separaba de Dios, pero Dios atrajo mi corazón, Dios me llevo a un pequeño pero grandioso momento inclinada y rendida a sus pies, donde me presente así tal cual estaba y Dios me dice: "Puedes comenzar de nuevo".
Dios en su infinita misericordia y en su infinito amor, nos dice día a día: " arrodíllate, humíllate, preséntate ante mi y yo sacaré ese corazón de piedra y pondré un corazón de carne, un corazón que sienta mi presencia, que se quebrante, un corazón que tome ese regalo tremendo de salvación y decida comenzar de nuevo, un corazón que día a día anhele hacer lo mejor para mi, y todo esto lo hago porque TE AMO y quiero que TU ME AMES"
No dejemos que el diablo nos engañe mostrándonos lo que Jesús ya derroto en la cruz, no existen gigantes que no puedan derribar y ese abismo que te separa de Dios es un engaño del enemigo, porque Jesús pago el Precio para que nosotros pudiésemos llegar a nuestro Padre Celestial y sentir su divina presencia en nuestra vida, sanando nuestras heridas, restaurandonos, inundándonos de su Eterno Amor...
¡¡PUEDES VOLVER A EMPEZAR!!
Todo es lo que está en este mensaje es verdad. Lo creo y lo declaró con Dios todo es posible!
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