Por sobre todas las cosas que necesitemos en nuestra vida existe algo más importante que las necesidades como de alimento, económicas, familiares…etc. y es la necesidad de sentir la presencia de Dios cada segundo de tu vida, sentir que Dios está renovando tus fuerzas, sentir esa necesidad de amarle, de no fallarle, de sentirlo, de oírlo, de ver sus milagros y sus bendiciones.
Debemos permitirle que renueve nuestra vida espiritual con el poder de su amor, que llene nuestro ser de su presencia, que sea Dios quien dirija nuestros pasos en cada momento y que antes de tomar cualquier decisión nos detengamos por unos segundos y decirle a Dios “Guía mis pasos” y de esta manera hacer siempre la voluntad de Dios.
Siempre debe existir ese momento donde reconozcamos nuestra dependencia total hacia Dios y someternos a que la voluntad de Dios sea haga en nosotros. Teniendo una actitud humilde debemos aceptar que Dios es quien esta en control y Él nos ha enseñado de distintas formas como mantener una actitud humilde frente a toda situación que se presente y no valorar lo material si no que lo espiritual. Nuestra necesidad máxima debe estar enfocada en Dios.
¿Quieres llegar al reino de Dios? ¿Quieres ver a Dios?’¿Anhelas en tu corazón decirle personalmente cuando le amas?
Haz que Dios se convierta en una necesidad obligatoria de todos los días, demuéstrale
que necesitas escucharle, hablarle, verlo, amarle... así como diariamente necesitamos alimentos, agua, abrir los ojos, ...etc. Así mismos transformemos nuestra comunión con Dios en una necesidad diaria obligatoria, algo que no podemos olvidar ni dejar pasar.
Sin importar la situación que estés viviendo, si estas feliz, triste, desilusionado... en todo momento debes necesitarle y aun más en aquellos momentos donde la angustia se apodera de nosotros, es ahí donde debemos humillarnos en la presencia de Dios y pedirle que nos cubra con su preciosa sangre, que nos tome en sus brazos y que nos levante y nos sane del problema que estemos enfrentando.
Sin importar la situación que estés viviendo, si estas feliz, triste, desilusionado... en todo momento debes necesitarle y aun más en aquellos momentos donde la angustia se apodera de nosotros, es ahí donde debemos humillarnos en la presencia de Dios y pedirle que nos cubra con su preciosa sangre, que nos tome en sus brazos y que nos levante y nos sane del problema que estemos enfrentando.
Y si estamos felices con mayor razón debemos necesitarle para que nuestra vida siga siendo bendecida y sigamos junto a nuestro Padre Celestial y que nada ni nadie nos aleje de su hermosa y maravillosa presencia.
Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu prudencia. Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
Proverbios 3:5-6
Bendiciones
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